Noche en calma, brumosa y mágica en La Graciosa. Silencio y oscuridad, se encienden las fogaleras, y el resplandor va iluminando cada recodo, cada llano, cada caletón de Caleta del Sebo.
Llega el Verano, y se anuncia con la noche más corta y el día más largo. Hay que quemar los malos augurios, las malas voluntades, los malos sentimientos, y hasta….las malas lenguas, todo simbolizado en el poder purificador del fuego ancestral.
Hay que sumergirse en las templadas aguas del Atlántico, y emerger más puro y limpio, para comenzar de nuevo, con la jornada mas larga, y sin el peso de lo malo. En el día de San Juan nos sentiremos más ligeros, pues hemos dejado atrás el peso de lo negativo, quemado en la fogalera y lavado con agua salada de la mar.
La tradición no acaba, y el color de la llamarada siempre permanece, en nuestro subconsciente, como algo que no podemos pasar por alto, una cita ineludible, porque es la noche mágica de San Juan, el solsticio de Verano. Nos sentimos preparados a comenzar con nuevo pelaje, más límpios y puros……..hasta la próxima noche mágica, que volverá cuando la madre Tierra haya girado de nuevo alrededor del padre Sol.
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